Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

sábado, 30 de octubre de 2010

Osho: Comparte tu amor, sin preocuparte...

Comparte tu amor, sin preocuparte de a quién se lo estás dando. Simplemente da, y encontrarás una paz y un silencio tremendos. Esto se convertirá en tu meditación. Uno puede llegar a la meditación por diversas vías; quizá ésta sea la tuya.
Osho- Más Allá De La Sicología
Cap. 41, Los Tiempos de Crisis Son Tiempos Dorados
Pág.525

Saliendo del Útero

SANNYASINS

miércoles, 13 de octubre de 2010

Osho: Si empiezas a juzgar, a condenar,...


Si empiezas a juzgar, a condenar, a sacar conclusiones, entonces te cerrarás. Y esos ojos que juzgan nunca serán ya capaces de confiar. Una vez te has convertido en víctima del enjuiciar nunca serás capaz de confiar porque una cosa u otra te ayudará a no confiar, hará que te cierres.

De modo que no confíes, no juzgues; muévete. Algún día, si sigues buscando, eso sucederá; algún día, en algún lugar, en algún momento -porque existen determinados momentos; no puedes hacer nada para provocarlos- cuando estés vulnerable y cuando el Maestro fluya. Si estás vulnerable, encuentras. En un determinado momento del tiempo y del espacio, el encuentro sucede. El satsang se hace posible.