Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

viernes, 11 de diciembre de 2009

Osho: Tienes en tu interior la fuente de toda la vida.

Todo lo que está sucediendo en la vida se está produciendo a partir de la misma fuente de la que saliste tú. Estás relacionado con ella, eres uno con ella. Si los pájaros pueden estar tan contentos y cantar, tú también puedes, porque es la misma fuente la que les aporta su dicha y su canto. La misma fuente está a tu disposición, pero de alguna manera has generado obstáculos. Si los árboles están tan verdes y tan naturales, despreocupados, tú también puedes, pues la savia que llega a los árboles también te lega a ti. Tal vez lo hayas olvidado, pero allí está.
Y lo que ha ocurrido en la vida, todo lo que sucede a tu alrededor, todo este misterio, es tu herencia. Reclámala. La estás dejando de lado al no reclamarla, mientras sigues pidiendo. Allí tienes el imperio, que sigue desperdiciándose y esperando, mientras sigues pidiendo. ¡Reclámalo! Ésta es la forma en que se lo puede reclamar: manténte igual cuando te desplaces de un polo al opuesto. Esto es lo que Krishna dice en el Gita: “En el dolor o en el placer, sé el mismo; en el éxito o en el fracaso, sigue siendo el mismo. Pase lo que pase, deja que suceda, y sigue siendo el mismo. Esta identidad te dará integridad”.
Osho- Mi Camino. El Camino de las Nubes Blancas