Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

lunes, 4 de julio de 2011

Osho:Yo estoy aquí; absolutamente inútil.



Yo estoy aquí; absolutamente inútil. ¿Qué utilidad puedes encontrarme? Puedes disfrutar conmigo de la misma forma que disfrutas con las flores por la mañana, o que disfrutas con las nubes del cielo, o como disfrutas con las canciones de los pájaros. Esas cosas no pueden ser vendidas en el mercado, no son bienes; pero contienen una tremenda belleza.
Cualquier cosa que transformes en un bien, se convierte en algo profano. Cualquier cosa que ames por ella misma, de inmediato se convierte en algo sagrado, santo.
Osho- El Vercadero Sabio
Cap. Preguntas y Respuestas
Pág. 249