Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

jueves, 21 de mayo de 2009

Buda: "Es mejor alimentar a un hombre bueno que a cien malos.

"Es mejor alimentar a uno que observe los cinco preceptos del Buda que alimentar a mil hombres buenos.
"Es mejor alimentar a un srotapanna que a diez mil hombres que observen los cinco preceptos del Buda.
"Es mejor alimentar a un skridagamin que a un millón de srotapannas. Es mejor alimentar a un anagamin que a diez millones de skridagamines. Es mejor alimentar a un arhat que a cien millones de anagamines. Es mejor alimentar a un pratyekabudda que a mil millones de arhatas. Es mejor alimentar a uno de los budas tanto del presente como del pasado o del futuro que a diez mil millones de pratyekabuddhas.
Es mejor alimentar a uno que está por encima del conocimiento, de la unilateralidad, de la disciplina, y de la iluminación, que a cien mil millones de budas del pasado, presente, y futuro.
Gautama Buda

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