Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

martes, 30 de junio de 2009

Die Osho: "Cada sannyasin será una persona totalmente única...

No estoy interesado en la sociedad. No estoy interesado en la colectividad. Mi interés es absolutamente en el individuo, ¡en ti!Y la meditación puede triunfar donde la mente ha fracasado, porque la meditación es una revolución radical en tu ser –no la revolución que cambia el gobierno, no la revolución que cambia la economía, sino la revolución que cambia tu consciencia, que te transforma desde la neosfera a la cristofera, que te cambia de ser una persona dormida a ser un alma despierta. Y cuando estás despierto, todo lo que haces es bueno."
Osho

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