Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

jueves, 26 de mayo de 2011

Osho: A no ser que estés en contacto con alguien...

Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo A no ser que estés en contacto con alguien que ha llegado es casi imposible que crezcas. Los obstáculos son millones, los peligros muchos; muchas son las puertas falsas, muchas las tentaciones. Con toda probabilidad te vas a extraviar. A no ser que estés en compañía de alguien que conoce el camino, que ha viajado por el camino, que ha llegado; es casi imposible que alcances la meta. A no ser que tus manos estén en las manos de alguien en quien confías, al que te puedas entregar, acabarás extraviándote. La mente crea tantas tentaciones... y son tan seductoras, su poder es tan magnético, que a no ser que estés en el campo de energía de alguien cuyo magnetismo es más poderoso que cualquier tipo de tentación, es imposible alcanzar la meta. Ese es el porqué de hacerse discípulo.
Osho-El Libro de la Sabiduría

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