Hablar a los discípulos es algo distinto. Hablar a los discípulos significa que el otro es receptivo —no solo receptivo, sino inmensamente bien recibido. Eres bienvenido, la otra parte quiere que entres, quiere ser el anfitrión de todo lo que digas. Las puertas están abiertas, las ventanas están abiertas para que te conviertas en brisa, en la luz del sol y entres en sus seres. No tienen miedo, no están a la defensiva, no cuestionan; están listos para acompañarte de todo corazón a cualquier dimensión desconocida.
Hablar a los discípulos no es un tipo de discusión o de debate —es un diálogo. Es mucho más un diálogo como aquel entre dos amantes. El discípulo ama al Maestro, el Maestro ama al discípulo. Un profundo amor fluye entre ellos. El amor es el puente, y así se pueden explicar grandes verdades, transmitir, casi materializar.
Osho

Amado Maestro

Amado Maestro

jueves, 18 de diciembre de 2008

Zarathustra: "Los buscadores tienen una unión en la amistad.

“Los buscadores tienen una unión en la amistad.
Nadie está tratando de moldearte de acuerdo a ciertos ideales.
Eres aceptado como eres, eres amado como eres y así
eres nutrido por todos tus compañeros con su amistad y
ternura. Todos son animados los unos con los otros.
Estando solo puedes sentirte desanimado porque la
búsqueda es el campo de lo desconocido y hacia el final
será el campo de lo Incognoscible. Es bueno tener
compañeros, habrá noches oscuras. Me acuerdo de una
muy famosa canción persa en la que hay unas líneas que
dicen: “La noche es oscura, canta un poco más fuerte, baila
un poco más locamente, no se sabe cuando llegará la aurora".
Cuando hay muchos esta fuerza puede ayudar aún a los
más débiles. Puedes cantar a gran volumen.
Danzar intensamente, porque ¿quién
sabe cuando llegará el alba?"

Zarathustra

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